Hiperplasia endometrial: qué es, tipos y causas
Autor: Dr. Claudio Badillo
La hiperplasia endometrial es un crecimiento irregular de las células del revestimiento interno del útero o endometrio.
Se produce debido a un exceso de estrógeno, lo que provoca el engrosamiento de la pared endometrial y puede traer diversas consecuencias como irregularidades en el sangrado menstrual, cólicos y otros síntomas, que pueden contribuir a la infertilidad femenina, dependiendo de la severidad de la afección.
En algunos casos, la hiperplasia puede convertirse en cáncer de útero con un tiempo de progresión que oscila entre 4 y 10 años. Por ello es imprescindible tratar esta condición en etapas tempranas para disminuir el riesgo de complicaciones.
Tipos de hiperplasia endometrial
Según la extensión del crecimiento celular, existen dos criterios principales para clasificar la hiperplasia endometrial: simple y compleja. Estos pueden presentarse, a su vez, con o sin cambios a nivel estructural celular, conocidos también como atipias celulares:
- Simple: en este caso las células endometriales crecen y se multiplican moderadamente.
- Sin atipias: solo el 1% de los casos evoluciona a un carcinoma.
- Con atipias celulares: aproximadamente el 8% de estos casos desarrolla cáncer uterino.
- Compleja: es cuando las células crecen descontroladamente en el endometrio. Tiene la mayor probabilidad de ocasionar cáncer endometrial.
- Sin atipias celulares: deriva en cáncer aproximadamente en el 3% de los casos.
- Con atipias celulares: tiene el mayor porcentaje de riesgo, ya que evoluciona a carcinoma hasta en un 29% de los casos.
Para los casos sin atipias celulares, el tiempo de progresión en que desarrolla un carcinoma es aproximadamente de 10 años, mientras que los casos en los cuales existen alteraciones a nivel celular, el tiempo de progresión es cercano a los 4 años.
¿Cuáles son las causas de la hiperplasia endometrial?
La hiperplasia endometrial puede ocurrir como resultado de la exposición prolongada a un exceso de estrógenos y cuando los niveles de progesterona son bajos.
La progesterona ayuda a acondicionar el endometrio durante el embarazo y los ciclos menstruales, además de regular los efectos del estrógeno en el cuerpo, evitando así la acumulación de células en el endometrio.
Por eso, este desbalance hormonal incrementa las probabilidades de que se produzca la hiperplasia.
Factores de riesgo que pueden resultar en una hiperplasia endometrial
- Edad avanzada (perimenopausia)
- Menopausia
- Tratamientos para el cáncer de mama
- Disminución o cese de producción de progesterona
- Efecto secundario de las terapias de reemplazo hormonal a base de estrógenos
- Síndrome de ovario poliquístico
- Enfermedades de la tiroides o de la vesícula biliar
- Diabetes mellitus -2
- Obesidad con síndrome metabólico
- Historial familiar de cáncer en el colon, útero u ovario.
- No haber tenido embarazos
- Desarrollo y primera menstruación temprana
- Tabaquismo
Síntomas de la hiperplasia endometrial
En las etapas más leves, es posible que esta condición sea asintomática, aunque en muchos casos se producen algunos síntomas como:
- Dolor pélvico
- Sangrado anormal fuera de la menstruación
- Relaciones sexuales dolorosas
De igual manera, pueden presentarse trastornos menstruales como:
- Sangrado menstrual abundante
- Ciclos menstruales más cortos (21 días o menos)
- Coágulos en sangre menstrual
- Ausencia de períodos menstruales
- Ciclos menstruales anovulatorios
- Menstruación dolorosa
Para las mujeres que han culminado su etapa menstrual es posible que surjan sangrados uterinos post-menopáusicos.
¿Cómo se diagnostica?
Existen varios métodos para diagnosticar la hiperplasia endometrial. Al sospechar la existencia de esta condición, el médico solicitará pruebas de sangre para evaluar los niveles hormonales y posteriormente realizará un diagnóstico por medio de pruebas como:
- Ultrasonido
- Biopsia del endometrio
- Histeroscopia
- Examen de Papanicolaou
- Laparoscopia
- Ecografía transvaginal
Tratamiento de la hiperplasia endometrial
Al diagnosticar esta condición, el tratamiento dependerá del tipo de hiperplasia y la severidad de la afección.
Para los casos de hiperplasia simple o en las etapas más leves de la condición, el tratamiento recomendado son las terapias hormonales. Estas consisten en la administración de progesterona vía oral, en crema, en inyecciones o a través de un dispositivo intrauterino.
En casos más avanzados, los doctores podrían optar por una histerectomía para aliviar los síntomas de la condición. Dicho tratamiento elimina el riesgo de desarrollar cáncer de útero, pero también implica que la paciente ya no podrá quedar embarazada.
¿Se puede prevenir la hiperplasia endometrial?
La hiperplasia endometrial no se puede prevenir, sin embargo es posible disminuir los factores de riesgo que generan el aumento del estrógeno al llevar un estilo de vida saludable, a través de algunas acciones cotidianas como:
- Mantener una dieta sana
- Hacer ejercicio
- Restringir en el consumo de tabaco
- Acudir periódicamente a tus controles ginecólogos
Este último punto es fundamental para llevar un adecuado control de tus niveles hormonales. En algunos casos, el médico podrá prescribir tratamientos que ayuden a regularlos, incluso después de la menopausia, para prevenir esta condición.
¿Cuál es su impacto en la fertilidad y el embarazo?
La hiperplasia endometrial no produce infertilidad. Sin embargo, para que una mujer con esta condición quede embarazada, es necesario normalizar sus niveles hormonales, ya que el exceso de estrógeno genera dificultades en la gestación:
- Problemas de implantación
- Endometriosis
- Riesgos de padecer cáncer, tanto en la madre como en el bebé
Si bien es posible conseguir un embarazo, cuando la hiperplasia endometrial se ha extendido demasiado en el útero, deriva en dificultades para anidar el embrión. Los casos más avanzados de esta condición suelen requerir una histerectomía, lo cual implica la infertilidad inmediata.
¿Existen otros riesgos asociados a la hiperplasia?
Como bien hemos explicado, si esta condición no es tratada adecuadamente puede aumentar las probabilidades de generar cáncer de útero, pero sus síntomas también pueden causar efectos secundarios nocivos para la salud.
El sangrado abundante puede generar anemia, fatiga o debilidad crónica. Es importante que acudas a un especialista si empiezas a notar alguno de estos síntomas para evitar cualquier posible complicación.
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